Año 1945, se disputaba el décimo tercer Campeonato de Primera División del Fútbol Chileno. En el cronograma de los partidos está estipulado el encuentro entre Everton de Viña del Mar y Universidad Católica.
Everton llegaba al encuentro con los ánimos en alto y es que en la primera fecha le había ganado a Colo Colo por 1 gol a 0, y a su clásico rival S. Wanderers por 4 goles a 1. Universidad Católica en cambio, había tenido tan un solo encuentro, el cual, había vencido por 5 goles a 1 a S. National.
Universidad Católica formaba por esos entonces con: Livigstone; Buccicardi, Vidal; Claveria, Rucik, Carvallo; Sáez, Bickell, Mancilla, Ciraolo y Riera.
Everton de Viña del Mar salía a la cancha con: Soundy; Díaz, Pérez; Parattore, Gómez, Valdivia; Vilariño, G. Clavero, Salinas, Báez y Uribe. El técnico en ese tiempo era Della Torre.
“Everton superó a la Católica en juego, sin saber traducir esa ventaja en goles”.
Ese era uno de los titulares que destacaba la “revista Estadio” por esos años. El encuentro había dado inicio ante 12.000 espectadores, el primer tiempo estuvo bastante deslucido por ambas escuadras dando la impresión de que ninguno se atrevía a arriesgarse en busca de la anotación.
En el segundo tiempo, las acciones fueron más visibles, Everton comenzaría a controlar el juego, por otro lado, los cruzados demostraban muchas fallas en delantera y línea media.
Pese al dominio que mostraba el conjunto oro y cielo. El cuadro evertoniano recibió un valde de agua fría pese al buen juego que mostraba, y es que Mancilla convertiría el gol para el conjunto local (gol psicológico) lo que alarmó a los viñamarinos en busca de la anotación.
Everton, seguía y no paraba en llegadas al arco del “Sapo” Livingstone, quien demostraba solides y seguridad.
La igualdad llegó a partir de un tiro libre. Uribe sería el encargado de rematar y desde 18 yardas incrustaría el balón en el ángulo. Livingstone nada pudo hacer.
Pese a que el marcador se encontraba igualado, el elenco ruletero no cesó en la búsqueda de lograr llevarse el partido. Los pases cortos, la efectividad al eludir la defensa universitaria y el exceso de pases fueron la tónica, sin embargo, no se concretaba en remates.
El encuentro finalizaba igualado a 1 con el pitazo del árbitro Juan Suazo, que, además, fue duramente criticado por el partido.
“señor Suazo, es necesario afirmar que no tiene capacidad para dirigir partidos de la profesional, porque desconoce en absoluto las reglas del offside. Perjudicó al Everton en varias ocasiones, y luego, en el otro arco, penó a Riera por la misma falta, en sanción concebible”
(Revista Estadio. N° 108. Pág. 19. Santiago de Chile, 9 de junio de 1945)
Fuente: Revista Estadio.
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